domingo, 3 de abril de 2016

Obsolecencia Programada, y Software Libre como una manera de combatirla

La obsolescencia programada u obsolescencia planificada es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.


El potencial de la obsolescencia programada es considerable y cuantificable. Es altamente beneficioso para el fabricante, dado que en algún momento fallará el producto y obligará al consumidor a que adquiera otro más satisfactorio, ya sea del mismo productor, o de un competidor, factor decisivo también previsto en el proceso de obsolescencia programada.

Para la industria, esta actitud estimula positivamente la demanda al alentar a los consumidores a comprar nuevos productos de un modo artificialmente acelerado si desean seguir utilizándolos.

Obsolescencia por modas

Existe obsolescencia de otro tipo: la que vuelve obsoleto a un bien de consumo porque ha dejado de estar de moda. Por ejemplo los colores, las formas y los materiales de la ropa, que denotan la temporada de su adquisición. Esta modalidad de obsolescencia se puede aplicar a cualquier bien.




Desechos y contaminación

El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico. Por ello otros objetivos como la conservación del medio ambiente pasan a un segundo plano de prioridades.

La falta de una gestión adecuada de los productos manufacturados que se vuelven obsoletos constituye un foco de contaminación. Es una consecuencia del sistema de producción y económico contemporáneo, que promueve el consumo creciente. Por ello, la sostenibilidad de este modelo a largo plazo es discutida.

Además, países en vías de desarrollo están siendo usados como vertedero de todos estos productos inservibles; lo que está generando una considerable contaminación y destrucción del paisaje en dichos países.



Obsolescencia de software

Si bien existe obsolecencia programada para cualquier producto que se fabrique (medicamentos, electronica, etc), vamos a ver en detalle como se aplica en el Software.

La obsolescencia programada en el software se inicia desde el momento en que el fabricante impulsa a los consumidores a renovar / actualizar su versión de los programas informáticos porque no continuará con sus actualizaciones y el respectivo soporte técnico (renovación de los controladores de impresora, compatibilidad con otros programas, soluciones a problemas imprevistos, parches de seguridad, actualización de la defensa contra el malware, reconocimiento de aplicaciones nuevas, etc). De esa manera se comprará dos o más veces el mismo producto, añadiendo plusvalía al fabricante.

Un software que no goce de actualizaciones periódicas sufrirá eventualmente de obsolescencia debido a que se queda atrás en comparación a la tecnología digital al dejarse de desarrollar aplicaciones para el programa. Muchas veces estos programas informáticos discontinuados son llamados abandonware porque sus programadores "estancan" a propósito sus propios software con el fin de motivar al consumidor a comprar la nueva versión ya que, aunque los nuevos programas que introducen podrán leer el contenido de las versiones anteriores, una versión antigua no podrá leer los archivos del nuevo sistema.

Ejemplo de esto fue la discontinuacion del sistema operativo XP por parte de Microsoft lo cual deja en el camino a la obsolescencia al sistema operativo ya que como comunica Microsoft, de seguir utilizando Windows XP se podrían presentar vulnerabilidades en la seguridad del equipo ante amenazas como lo son los virus.

GNU/Linux contra la obsolescencia programada

La gran mayoría de personas no necesitan un ordenador de gran potencia. Pueden manejar los programas más comunes con su viejo ordenador.

La sensación generalizada que tienen la mayoría de personas tras unos años usando un mismo ordenador es que tienen que cambiarlo. El sistema operativo Microsoft Windows, el más extendido en nuestros días, está diseñado de tal manera que se vuelve lento e inestable con el paso de los años. Eso sin contar con su conocida vulnerabilidad a virus informáticos. Se trata de problemas que el usuario medio no sabe resolver y que suelen desembocar en la compra de un nuevo equipo.

De todos modos, aunque sepa darles solución, existe una dificultad mayor: la carrera entre la potencia de proceso de los ordenadores y los requisitos que exigen las sucesivas versiones de Windows o de cualquier software propietario. Así es como se convierten en inútiles ordenadores que deberían ser perfectamente funcionales y se nos empuja a una actitud consumista con graves consecuencias sociales y ambientales.

Durante el 2007, según la revista Educació i Sostenibilitat, “las tecnologías de la información representaron el 2% del total de emisiones mundiales de CO2, es decir, tanto como la industria aeronáutica. De esta cantidad, sólo el 14% es debido a los grandes centros de cálculo (supercomputadores, mainframes, etc.), mientras que el 49% del consumo es ocasionado por los PC y sus periféricos (pantallas, impresoras, etc.).

Pero un dato sorprendente es que el 37% restante se debe al consumo de las redes de interconexión”. Es un aspecto más del mecanismo conocido como obsolescencia programada.

La lógica libre


En cambio, el software libre y - GNU/Linux se han convertido por su propia naturaleza en una poderosa herramienta contra estas prácticas corporativas. Así lo explica Tatxo en su blog La Máquina diferencial: “El factor más importante es que es capaz de rentabilizar máquinas que quedaron obsoletas con otros sistemas operativos, continuando con el soporte y facilitando actualizaciones sin ánimo de que el hardware caduque”.

Pero hay más argumentos. También hay que denunciar las prácticas poco éticas de las empresas fabricantes de hardware en las que se apoya el software: drivers que no dejan imprimir en blanco y negro si no hay tinta de color, impresoras que no funcionan si detectan que el cartucho no es el original, etc. “En Linux, por el contrario, los drivers están creados por la comunidad, por lo que son mucho más ligeros y sin añadidos extra o prácticas oscuras”, explica Tatxo. Por último, los programas de sotfware libre siempre guardan la compatibilidad con versiones anteriores.

Linux al alcance de cualquiera


Una visita por las webs de los principales sistemas operativos basados en GNU/Linux, como Ubuntu, Fedora o Linux Mint no dejan lugar a dudas. Junto con su versión para ordenadores nuevos, siempre hay otras destinadas a los viejos o que simplemente disponen de menos recursos. Más aun, existen algunas distribuciones ligeras especializadas en este tipo de equipos, como por ejemplo Vector Linux o Zenwalk. El secreto de la funcionalidad de todas ellas es que incluyen y son capaces de manejar versiones actualizadas de los programas que la gran mayoría de usuarios necesitan. A saber, paquetes ofimáticos como OpenOffice o LibreOffice, navegadores como Firefox o Chrome, reproductores multimedia como VLC o programas de intercambio P2P, entre otros.

Formas de lucha contra la obsolescencia programada

Una de las formas de obstaculizarla es mediante la creacción de sellos de garantía de productos sin obsolescencia programada, como el sello ISSOP (Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada), creado por la Fundación FENISS (Fundación Energía e Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada)15 Que cumplen los productos con estos requisitos:
  1. Priorizar la compra de productos y la contratación de servicios que sean respetuosos con el medio ambiente, fabricados sin obsolescencia programada, y si es fabricante de algún producto, fabricarlo sin obsolescencia programada. Utilizando preferiblemente producto local y el “Comercio Justo”.
  2. Contribuir a la mejora energética y a la disminución de emisiones, con el objeto de reducir las huellas de carbono y ecológica corporativa.
     
  3. Realizar la correcta gestión de residuos.
  4. Promover la cultura del consumo social y ambientalmente responsable.
  5. Apostar por una responsabilidad ambiental y la preservación del Medio Ambiente local.
  6. Facilitar el acceso a la formación ambiental y de integración social.
  7. Evitar hacer uso de una publicidad engañosa o ambiental y socialmente irresponsable.
  8. Promover la igualdad e integración social.
  9. Facilitar la conciliación laboral, familiar y personal.
  10. Promover y difundir los compromisos adoptados hacia un modelo de gestión más sostenible y responsable. Incluir en sus contratos con terceros cláusulas que impidan la corrupción.
El sello ISSOP no solo busca la ausencia obsolescencia programada, sino también proteger el medio ambiente y el desarrollo sostenible de los productos.

[Proyecto E-Residuos Bariloche]
Iniciativa surgida en el Colegio Tecnológico del Sur, Proyecto de investigación de la problemática de los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE). Reusar, Restaurar y Reciclar con fines sociales.

Facebook: E-Residuos Bariloche



[Documental] - "Comprar, tirar, comprar" 
Obsolescencia Programada, el motor de la economía moderna.
Rodado en España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana hace un recorrido por la historia de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo porque, como ya publicaba en 1928 una influyente revista de publicidad norteamericana, "un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios".


Fabricados para no durar (Comprar, tirar, comprar) from ATTAC.TV on Vimeo.

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Obsolescencia_programada
http://www.somoslibres.org/modules.php?name=News&file=article&sid=4712

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